El acompañamiento de una doula durante el trabajo de parto y el parto hacen que haya:
reducción de las tasas de cesáreas en un 50%.
reducción de la duración del trabajo de parto en un 25%.
reducción de las peticiones de epidural en un 60%.
reducción de un 30% en el uso de analgesia.
reducción de un 40% en el empleo de fórceps.
Durante el post-parto, las mujeres que contaron con el apoyo de una doula 6 semanas después del parto:
mostraron menos ansiedad y depresión post-parto
mostraron mayor confianza con su bebé
mostraron mayor satisfacción (un 71% de casos frente al 30% de los casos estudiados que no contaron con la presencia de una doula).
mayor probabilidad de una lactancia exitosa (52% frente a 29%).
(Datos recogidos del estudio: A Doula Makes the Difference por Nugent, publicado en Mothering Magazine, March-April 1998).